miércoles, 24 de febrero de 2010

Cuando me di cuenta que tenía 50

Ni siquiera me había dado cuenta, puesto que estaba afectado por el síndrome de Peter Pan, hoy estoy curado, del síndrome, no de los 50. Me imaginaba que estaba en 1995, con Cati y su maravilloso cuerpo, en aquellas épocas en que salía a correr al canal de Chalco antes de que fuera criminalmente asesinado por unidades habitacionales sin ton ni son… o más atrás, a 1985, cuando era joven y guapo; tanto que una chica muy bella se enamoró se mí. Y la perdí, a ella y a muchas más.
Y ya el tiempo me alcanzó y a mi manera fui lo que quise: nunca trabajé en un banco, no tengo coche, ni casa, ni esposa, ni hijos. Aguanté dos jefas algún tiempo, pero no mucho y le debo miles de pesos a los bancos, y no les he pagado.
También he recorrido todo el camino del mundo editorial, de mozo a editor, pero en sentido inverso, ja, ja, ja.
Hoy amanecí y me di cuenta que mañana cumpliré 50 años. Soy un viejo que dejó atrás la juventud para desbarrancarse al tobogán de la vejez y las malditas enfermedades. Mientras no dejaré de brindar por ellas con Cerveza y Coca Cola y espero que no me alcancen muy rápido
Un vejete al que entra la prisa por escribir, aunque nadie corrija mis textos.
A veces, me ataca el deseo de hacer lo que no hice en 25 años, de poder seguir amando a alguien mientras pueda. Con la amargura por no haberme disuelto en alguna bebida, o derretido en la banqueta en un día soleado de esos que a veces tanto he odiado en mi vida, dejando una mancha de grasa de cerdo, sangre y semen; como cuando desfilaron las meseras de Hooters en patines, con sus largas piernas y sus fabulosos pechos.
Nunca calenté un biberón a las 3 de la mañana.
Soñé con mundos de triunfos, violencia y lujuria, para luego despertar a mi mundo de deseos insatisfechos y lujos incumplidos.
Mañana cumplo 50…

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