martes, 6 de marzo de 2007

Hasta Agotar la Existencia III, la venganza

Pues fue el caso que por fin se presentó la antología poética que tuve el gusto/trabajo de recopilar que se llama "Hasta Agotar la Existencia III" con el sello Resistencia.
Bueno, la noche anterior me la había pasado chupando con el Juanillo y su esposa, y como es bien picado se fueron de mi casa a las 4:00 am. Como yo estaba encarrerado pues me eché otras y acabé como a las 5 de la mañana.

Para no relatar lo que hice en el día, les diré que a las 15:30 y después de una Corona para el calor, salí nervioso, emocionado y listo a enfrentar al respetable.

La Feria del Libro de Minería era un infierno, gente por aquí, por allá, calor, afortunadamente el evento se había retrasado y llegué a tiempo.

Mesa de lujo: la guapa Josefina Larragoiti, el legendario Vicente Quirarte, el buen cuaderno Mote, además de Vero Toussaint y Ricardo Esquerra, que leyeron, sin emoción, los textos de los autores. Me parece que no les gustó el tono a los autores, pero sin duda fue para que ninguno sobresaliera. Ya hasta recibí un correo de alquien que me reclamó que a su viejo no lo incluyeron en la lectura, aunque en eso yo no metí y lamento que así se haya dado.

Una vez en el estrado la emoción me dominaba, sentía que me ahogaba y tenía ganas de reir y llorar en sazón. Al fin dije algo breve que tenía que ver con que por fin se cumplía el plazo y estábamos celebrando por fin la presentación del libro que debo decir, es muy bello.

También me ilusionaba mucho ver y abrazar a Gaby Baltazar, que quizá es la autora con la que he desarrollado un lazo amistoso más allá del autor-editor , pero en el tumulto fue imposible. Eso me dolío, no sé porque.

Después de finalizar la presentación varios poetas tuvieron la cortesía de subir al estrado y felicitarme, como Andrés Castuera Micher, Aída Luna, Yudi Kravzov e Ilse García.
Los demás, quizá hartos del gentío o desilusionados por la lectura, o por pendientes, desaparecieron.

En ese momento se quiso armar una peregrinación para ir a brindar por el nacimiento de la criatura literaria, pero no fue posible. Varios poetas iban con sus familias y se fueron a comer a lugares desconocidos, los que quedamos (Vania, Rafael, Alejandro Torres, Anita Rivera y yo) decidimos ir al museo de la cerveza, pero ahí no se permite juntar mesas, así que al llegar nuestra líder (Josefina) y ver eso optó por partir a mejores horizontes y ahí se dio la desbandada pues cada quien se fue por donde se le pegó la gana.
El Salón Corona no era opción, pues desde que es decente hay que esperar horas para mesa, el Black Horse, tampoco, porque no tengo dinero.
Así que fuimos a dar a la Vaquita Negra, pero los parroquianos ya estaban hasta la chanclas y se emocionaron con nuestras jóvenes y guapas acompañantes (Ale, Lucero y Vania)
"Que no se vvvayyyya la gguerita" decían los borrachines al ver que salíamos de la Vaquita.
Total que recalamos en un lugar extraño, pero agradable "El Saccro" en la calle de Uruguay, que es una casa vieja remodelada y llena de cuartos vacíos, me recordó el antro de "Del amanecer al crépúsculo" y pensé que en cualquier momento las sombras que ahí estaban se iban a convertir en vampiros u hombres lobo y nos iban a devorar.
Pero no sucedió nada, así que después de un cartoncito de Lager e Indio, otra desbandada.
Ahora se fueron Ale, Alex, Lucero e Israel.

Así que al final, mis queridos Compas (Anita y Alejandro) y yo nos enfilamos al cuarto en el que vivo para seguirla por todo el fin de semana, mientras bríndabamos una y otra vez por los poetas, leíamos sus textos y nos empinábamos incontables Caguamas, hasta que el sol salió y el cansancio nos tumbó en la mesa, con el ejemplar de Hasta Agotar la Existencia III en los brazos.